domingo, 13 de abril de 2008

La mente, ese gran desconocido

"(...) Durante siglos, el hombre ha intentado desvelar los secretos que ésta encierra (...)". Estas palabras que compartía en una ocasión con unos amigos me hacen reflexionar sobre el poder de la mente. Y no es por casualidad. Una buena sesión de mentalismo puede hacer temblar los cimientos más firmes de la convicción humana. Lo cierto es que no es fácil adentrarse en los rincones ocultos del cerebro humano pero, una vez que se consigue, se abre frente al espectador un abismo de sensaciones sólo comparable al abismo de posibilidades que se abre frente al mago.

El mentalismo es esa rama que se desvía de la magia adquiriendo un carácter y distintivos propios. Hay muchos magos y algunos de ellos flirtean con el mundo del mentalismo, pero proporcionalmente hay muy pocos mentalistas estrictamente hablando. Y esto tampoco es casualidad. Conseguir dominar el poder de la mente no es una tarea sencilla; requiere entrenamiento, intelecto y personalidad, entre otras muchas cosas. Uno que se fascina por el mundo de la magia y todas sus variedades nunca ha permanecido impasible con respecto al mundo de la magia de la mente. Si bien no es mi objetivo dedicarme por entero a ello, no puedo resistirme a ser fascinado cada vez más por él. Insisto, no quiero dar la idea de querer ser un mentalista estricto, pero reconozco desde aquí mi admiración por esta rama y mi deseo de poder dar de mí mismo todo lo que ello requiere. Desde hace tiempo el mentalismo ejerce sobre mí un atractivo poderoso y quiero dejar constancia de mi interés creciente.

Quién sabe, tal vez un día podáis hablar con un mentalista; en tal caso, abrid bien los ojos y la mente, porque no os dejará indiferentes.

No hay comentarios: