jueves, 9 de abril de 2009

La llama

La de la ilusión, la magia, el trabajo y el esfuerzo. Esa especie de inspiración que de vez en cuando llega y te arrasa, como si fuera una huracanada ráfaga de viento, que pasa a través de ti y despierta todos tus sentidos y tus ganas de crecer. A veces esa llama es el resultado de acercar "La Chispa Adecuada" (gracias HdS) al fuego latente en nuestro interior, una chispa que bien puede ser una reflexión, una actuación, una conferencia, una frase, simplemente un juego, o un libro, o sólo el hecho de irse a dormir y dejar a tu cabeza que vuele por donde quiera, que tu mente divague y deambule por lugares fantásticos y situaciones deseadas.


A veces es en estos momentos cuando se nos revela un efecto, o un método, cuando menos esperamos y de repente, ¡plas!, ahí está la idea que necesitamos, la inspiración necesaria. No seáis perezosos; si eso ocurre, levantaos corriendo de la cama, coged lápiz y papel y apuntad todo lo que tengáis en la cabeza. Al día siguiente volveréis a mirar el papel y, tal vez no con la llama tan encendida, pero con el ascua aún incandescente, podréis recuperar ese efecto o esa idea que os llegó como caída del cielo.


Otras veces es sólo el observar, el escuchar, el atender a alguien. Hay veces que olvidamos ser espectadores nosotros mismo, y no debemos dejar que eso ocurra. Debemos ser espectadores, debemos ver magia, debemos volver a ser profanos y admirar la belleza del efecto. Ya que tenemos la capacidad de valorar detalles, métodos y sutilezas, hagámoslo, pero no descuidemos la visión del profano, del que espera ver y sentir magia. Recordemos siempre que nacimos profanos y hacemos lo que hacemos para ellos luego, por descontado, debemos seguir siéndolo siempre que podamos. No nos dejemos engañar por los que piensan que la magia debe ser para magos. No, la magia ha de ser para público, independientemente de que queramos superarnos como magos engañando a otros magos, lo cual es fantástico. Pero es el público el que tiene la palabra, el que siente, el que mira, el que ve un movimiento que no es natural, el que capta la sensación de tensión, el que llega a tener la atención que merece, y el que nos va a dar todas las pistas para continuar una línea de trabajo y de actuación. Cuando no sepáis qué hacer, pensad que estáis en el público y preguntaos cómo deberían ver los espectadores ese movimiento que os preocupa. Basaos en lo que debería ver para crear lo que queréis que vea, y tendréis la solución. Ahora, si queréis engañar a magos, habrá que pensar de otra manera (que siempre es divertida...).


Pero al punto que quiero llegar de verdad es al siguiente. ¿Qué pasa con esa llama? ¿De dónde sale y cómo podemos hacer que siempre se mantenga encendida en nuestro interior? ¿Qué necesitamos para que no se apague nunca y, si lo hace, poder encenderla cuanto antes? En mi opinión, la respuesta es la propia llama. Aunque suene extraño, si necesitamos un impulso para nuestra magia, lo conseguiremos en la propia magia. Id a un espectáculo (uno bueno, por favor), una conferencia, un buen libro o incluso algún vídeo. Si podéis acudir a uno de esos encuentros y congresos donde sólo se respira magia por cada rincón, y si tenéis la oportunidad de compartir apenas unos minutos con un gran mago, de esos que destilan energía y magia simplemente con hablar, entonces podréis encontrar la llama incombustible. Siempre que decaigáis en ello, aunque no tengáis tiempo, aunque os cueste esfuerzo, aunque las ideas parezcan desaparecer de nuestro camino, seguid en ello, buscadla, buscad esa llama y acabará apareciendo.


Ojalá siempre que necesitemos nuestra llama la encontremos. Últimamente yo siento ese calor dentro y deseo encontrar la manera de que la llama no se apague. Pero puedo asegurar que el contacto entre magos y la filosofía de la magia es lo que más alimenta esa llama incipiente para que aumente y se convierta en una auténtica hoguera. Alimentadla y crecerá, y si se extiende como un incendio espontáneo, entonces no habrá quien la sofoque. Pero hay que buscarla.


Bebed agua para estar sedientos, y poder beber más agua.

XVII Encuentro Internacional de Magos de Almussafes 2009

- “Se abre el telón y aparece Lennart Green mandando mezclar a Almudena. ¿Cómo se llama el congreso? - ¡¡ALMU SHUFFLE!!”.

Así empezaba el preparatorio para lo que se avecinaba el primer fin de semana de abril, que comenzó en un coche con tres personajes camino de Almussafes, entre ellos Rober Sinté, cronista de lo que podréis leer a continuación. Y en ésas estábamos cuando vimos delante de nosotros una furgoneta blanca en la que podía leerse “MAG LARI”. 01-la-furgoneta-de-mag-lari1Comenzamos a seguirla, nos pusimos a su altura y empezamos a gritar y a hacer gestos a los dos conductores, que nos miraron con extrañeza… Y del Mag Lari ni rastro… ¿Estaría en el maletero? ¿Habría llegado ya a Almussafes en primera clase? ¿Estaría recortando confeti? Sólo teníamos una forma de saberlo… A los pocos minutos nos encontrábamos ya ¡¡¡en Almussafes!!! ¡Dale Rober!


¡Gracias, Carlos [Vinuesa]! Pues sí, pues sí (…), comenzó la experiencia el viernes nada más llegar, justo a tiempo para ver terminar la gala al lado del teatro, recoger las acreditaciones, ponerse algo de ropa decente y saludar a los “viandantes”, que no eran otros que los magos y sin embargo amigos que no ves a menudo pero que te encuentras en todos los eventos mágicos. Y es que hay algunos que nos apuntamos a un bombardeo, las cosas como son. Por supuesto, saludar al jefazo, Luis La Font, que se movía de un lado a otro sin parar atendiendo a todo lo que pudiera surgir y asegurándose de que todo iba bien. Así que el comité de prensa de La Dama InQuieta más parte de los artistas invitados (es decir, Letang, Carlos Vinuesa, Pablo Poza y yo mismo, que compartimos viaje) seguimos el rastro mágico hasta donde tendría lugar la conferencia de la estrella principal del congreso: Jeff McBride. 02-con-jeff-mcbride1

El norteamericano nos deleitó con una conferencia llena de espiritualidad y filosofía mágica. Y no porque se centrara en aspectos teóricos y psicológicos de la magia sensu estricto, sino más bien porque hizo mucho hincapié en la actitud y la postura a adoptar con ella. Aunque los efectos eran buenos, en realidad su valor residía en el trasfondo filosófico subyacente. El punto de vista de McBride es el de tomar la magia como un regalo hacia los demás, siempre utilizarla para generar una sensación agradable y una ilusión en el espectador. Un espectador que no es únicamente el que se sienta en la butaca de un teatro, sino alguien que camina por la calle o que puede encontrarse al mago en un momento dado de su vida cotidiana. McBride enfatizó mucho la idea de considerar la magia como algo con lo que crecer como persona y sobre todo aprovechar cualquier instante del día a día para hacer magia, de modo que no solamente estamos regalando ilusión a alguien, sino que estamos ensayando y practicando nosotros mismos para convertirnos en mejores magos. En sus propias palabras: “Cada vez que haces magia te vuelves un poquito mejor. Si aprovechas esos pequeños momentos que se te ofrecen diariamente para hacer un juego, estarás creando un pequeño show, y todo eso te hará mejorar“.


Otro de los aspectos psicológicos que apuntó fue el de transmitir energía visualmente, de manera que podamos convertir un efecto de magia de cerca en un gran efecto de escenario, y puso como ejemplo de maestría en este hecho a Juan Tamariz (todos lo habréis visto actuar en escenario delante de cientos de personas y consigue precisamente eso). Y de nuevo recurrió al maestro y sus “Cinco Puntos Mágicos” cuando habló de captar la energía y la atención de todo el público, sin dejarse un solo rincón. Busca a los espectadores que están distraídos o que parece que han desconectado del juego y los vuelve a reinsertar en el espectáculo. Para ello realizó un pequeño efecto en el que al enrollar un billete sobre una carta podía llenar el hueco con agua, hacerla desaparecer y después volver a producirla. La ejecución era simple, el efecto tal vez no fuera el más grandioso, pero desde luego la actitud en escena fue una auténtica lección de cómo atraer y mantener la atención de todos y cada uno de los espectadores. Además de ello habló de la magia como terapia, como catalizador del ánimo y el significado de ésta como metáfora visible, algo a lo que se refirió constantemente durante la conferencia. Cabe también destacar un consejo que dio en breves pero concisas palabras: A veces hacemos la magia demasiado complicada. McBride nos recordó que la magia es para el espectador y, si hacemos pases complicados por encima de nuestras posibilidades, estaremos más pendientes de la técnica, es decir, de nosotros mismos, que del espectador. Por eso recomendó trabajar los efectos con un nivel de técnica que podamos ejecutar casi mecánicamente y así poder entregarnos al 100% al espectador.


En cuanto a efectos visuales, por supuesto hay que destacar su versión del “Bastón Bailarín”, con un método sencillo y sobre todo atractivo que pudimos disfrutar en la gala del sábado noche. Pero, sin duda, una de las cosas que más ansiaba ver el público de magos asistente era la manipulación de cartas de este fenómeno con patas. Primero dio unos cuantos ejemplos como sus “Cartas desde la boca”, haciendo lo que cariñosamente llamó un “empalme en la boca”. Dio también unos consejos para producción de cartas e hizo gala de su maestría a la hora de lanzarlas con su ingenioso y personal sistema, algo que le valió un buen Premio Guiness. Aunque, por descontado, una de las cosas que puso seña de inconfundible identidad al congreso fue el “new fire”: el confeti. Creo que todos los magos que asistieron a Almussafes recordarán a McBride a partir de ahora cada vez que vean o utilicen confeti. Sus bromas se convirtieron en un “running gag” durante todo el fin de semana, y algunos aún sufrimos los efectos… En la gala de close-up todos los participantes arrojaron un puñado de confeti al aire durante su actuación. El presentador, Aldo Colombini, quedó un poco extrañado por este gesto y preguntó a McBride, que se encotraba entre el público, qué era eso, porque él no había asistido a la conferencia. El americano repitió el gesto de lanzar confeti pero sin lanzar nada a lo que añadió: “Invisible confeti is the new confeti” [“El confeti invisible es el nuevo confeti”]. Un chiste que fuera de contexto suena extraño, pero que provocó las carcajadas a todos los que vivimos la “era confeti”. Aclarar que la conferencia fue la misma que dio en el nacional de Barakaldo, y aunque en el nacional insistió aún más en este asunto, parece ser que en aquella ocasión no caló tanto entre el público como en Almussafes, donde en cualquier momento del almuerzo la gente recortaba los manteles de papel para lanzar puñados de confeti al aire. “Cualquier efecto es mucho mejor con confeti. Preguntadle a cualquiera… excepto a los de la limpieza” [Jeff McBride].


También aderezó su conferencia con unos puntos de humor dignos del mejor cómico: “Puedes reconocer a alguien que usa loops porque siempre los está buscando” (mientras se restriega la cara y los brazos dándose suaves pellizcos por todo el cuerpo). Tras comentar lo tedioso de la espera en el aeropuerto nos desveló su secreto para embarcar el primero. Cogió un jersey y lo enrolló como un capazo, lo agarró entre sus brazos y se puso a mecerlo, y entonces surgió el milagro: el llanto de un niño empezó a sonar e incluso una pequeña manita asomaba de entre los pliegues del suéter. Ante la intriga del público sobre cómo conseguía hacer ese sonido tan real, McBride contó el secreto: “Todos sabéis hacer este sonido… lo que pasa es que lo habéis olvidado”. El mismo efecto se prolongaba en el interior del avión: decía el artista que no hay nada más molesto en un avión que el llanto de un bebé, así que el cogía su bebé invisible y lo paseaba por todo el avión hasta que, llegado un momento, abría un compartimiento superior para el equipaje de mano y encerraba allí al “bebé”. Un gesto tremendamente cómico sobre todo si nos imaginamos la situación real. Debe de ser toda una aventura compartir vuelo con el bueno de Jeff


El conferenciante también nos invitó a visitar su escuela de magia en Las Vegas (“McBride’s Magic & Mystery School”), donde se reúnen grandes magos como su maestro Eugene Burger, Max Maven y grandes aficionados a la magia que asisten allí para aprender. Tal y como hiciera en Barakaldo pasó entre el público unas hojas para que la gente escribiera su correo electrónico y así recibir gratuitamente noticias, consejos, ideas mágicas… de parte de la escuela. Terminó con el paralelismo entre la magia y la medicina. Comentó los casos de los chamanes de tribus que cuentan con varios tipos de medicina: música que te hace sentir mejor, bailes que te ayudan a sanar, alimentos que mejoran tus problemas de salud… Basándonos en esto, concluía McBride: “Todo aquello que haga que la gente olvide el dolor es medicina, por eso la magia es medicina“.

Para terminar, quiero plasmar aquí la frase final de la conferencia. Después de todo un ensayo sobre filosofía y actitud en la magia, Jeff McBride concluyó con lo que bien podría ser el título de su conferencia: “Use your magic to make the world a better place” [“Utilizad vuestra magia para hacer del mundo un lugar mejor”].

Toda una lección que no debe ser olvidada. Y, por supuesto, toda la conferencia traducida a la perfección de la mano de Fernando, que vino desde Barcelona, y al que ya había tenido el gusto de conocer hace un par de meses en el VII Memorial Arturo de Ascanio celebrado en Madrid. Según me dijo directamente, tuvo la oportunidad de compartir grandes momentos con el norteamericano, que durante todo el fin de semana hizo gala de un trato exquisito a nivel personal y de una cercanía fantástica. Bravo por los dos [Confeti].


Así que, después de tan agradable sabor de boca, algunos decidimos no estropearlo y cenamos lo justito (…), de modo que pudimos llegar con tiempo de sobra a la Gran Gala Inaugural (no se puede decir que estuviéramos lejos; es una de las cosas geniales de Almussafes, todo queda muy cerca de todo). A la entrada al teatro pudimos charlar unos minutos con el conferenciante que tanto había animado la tarde y de paso nos retratamos con él e intercambiamos un par de jueguecillos (es que este hombre nunca descansa…). [En los últimos congresos y números de concurso, varios son los magos que han comentado cómo parece ser casi obligatorio realizar un juego enrevesado y terminar con la baraja ordenada. Parece ser que esta visión ha traspasado fronteras y no sólo lo piensan los magos locales, sino que el propio Jeff McBride nos hizo mención de este asunto: “Los cartomagos españoles siempre acaban con la baraja ordenada. Es como si la baraja fuera una chica, pasaran una noche pasional revoloteando por doquier y al final… la muchacha fuera virgen”. Todo esto después de recalcar en repetidas ocasiones su admiración por el nivel cartomágico español y su alegría de estar en España para poder disfrutar de él, tal y como hizo con un juego que le presentó Carlos Vinuesa y que dejó a McBride realmente encantado]. Y justo entonces fue cuando corrimos a nuestras butacas para ver el espectáculo. Abrió como artista invitada Lolita Torres, con su número de ventriloquía bien ejecutado y en compañía de sus Curro, Bruno, Era (que era una monada, por cierto, y que ¡movía la boca a la vez que hablaba! Mágico, sin duda) y su Monito, con el que también realizó un efecto mágico. Un número con mucha interacción con el público y que también tuvo sus “running gags” que duraron hasta el domingo [Confeti]. Pero lo mejor estaba por llegar: el cada día más grande Mag Lari. Comenzó, acompañado de Vivaldi y con mucho humor, con unas grandes ilusiones que le sirvieron para presentar a su ayudante Pol (el cual tuvo que pasar las típicas penurias de “partenaire”…). Prosiguió con una lección de papel roto y recompuesto, explicando al detalle cómo doblar el papel en acordeón y desencadenando auténticas carcajadas (excepto para los de Benifaió, que no lo entendieron… ¿he dicho ya que hubo running gags en el congreso?); siguió al pie de la letra la regla de McBride del “new fire”, con lo que arrancó al americano unos enormes aplausos y risas (que se veían desde todo el patio de butacas, ya que Jeff levantaba las manos por encima de su cabeza para que todo el mundo fuera conciente de lo bien que se lo estaba pasando), y realizó el clásico efecto con el reloj de la espectadora a ritmo de la pieza infantil “Veo, veo”, que hizo que el público se sintiera aún de mejor humor (sobre todo viendo bailar a Mag Lari, claro) [Confeti].


A partir de aquí el artista confesó su pasión por los musicales (tampoco es que fuera un secreto), algo que dejó bien patente durante todo el show. Ejecutó bellamente “Le leche en el periódico” mientras sonaba la versión de Robbie Williams del tema “Have you met Miss Jones”, volvimos a la infancia al escuchar “David el Gnomo” mientras hacía desaparecer a su cada vez más diminuto ayudante y nos deleitó con el “Hairspray” por Nikki Blonsky de “Good morning Baltimore”, su personal versión influida por la crisis con ayudante impromptu de la “Caja de espadas”. Para finalizar, se despidió con el popular “Metamorfosis” al más puro estilo “Beatles” y su “Yellow submarine” incluido. Como no podía ser de otra manera, Mag Lari hizo gala de una presencia y estilo únicos en el escenario, con un humor que llegaba hasta el más profundo de los rincones del teatro y que no dejó a nadie indiferente. Su sentido del ritmo, su manera de moverse y su forma de comunicar con el público llenaron el teatro de una sensación fantástica que todo el mundo comentaría en los días siguientes. De nuevo, tuvo grandes perlas que perduraron como bromas recurrentes durante todo el congreso. Un espectáculo fabuloso [Confeti].


Y después de la gala llegaba el momento del desparrame por los bares. Claro, con las ganas que había de magia cualquiera se lo perdía. Básicamente hubo dos centros neurálgicos de magia, risas y fiesta en Almussafes, los pubs “Magenta” y “Cabala”, ambos llenos a reventar hasta la hora de cierre. Ya que a Toni Rodríguez y a Tony Urdangarín nos costó encontrarlos [Confeti], nos limitamos a disfrutar de los más esperados por el que suscribe, mis amigos Pablo Poza y Carlos Vinuesa. 04-carlos-vinuesa-y-pablo-poza1Os puedo asegurar que no faltó un minuto de risa entre estos genios, que pasaron de mesa en mesa y tiro porque me toca llenando de magia el bar y sorprendiendo y divirtiendo a todo lo que se movía por allí (profanos, magos e incluso magos que se hacían pasar por profanos…) [Confeti]. Mientras tanto, cada mago hacía, comentaba y respiraba magia en su rincón, un ambiente muy acogedor cuando te presentas en un congreso (y es que a veces se nos olvida hacernos magia entre nosotros). Casi en cada mesa podía verse a un grupito analizando algún movimiento, ensayando alguna técnica, discutiendo sobre algún efecto… Fue una noche muy completa y, a pesar de dilatarse hasta tarde, no se hizo larga en absoluto [Confeti].


Al día siguiente completito desayuno en el hotel y corriendo a la feria mágica, porque llegábamos con el tiempo justito. Había que darse una buena vuelta por allí, en realidad más de una, porque estaba muy bien montada y había gran cantidad de stands, y la verdad es que, independientemente de lo que cada comerciante vendiera, la feria mágica de los congresos siempre es un lugar de encuentro para codearse con los amigos y charlar con el resto de magos (amén de para llevarse algún que otro caprichito, ¿para qué negarlo?), como en el caso de Mag Lari, que no paró de hacerse fotos con todo el que se lo pedía. Así que nosotros no podíamos ser menos, claro [Confeti]. 06-con-mag-lari1

De modo que tras la primera vuelta de reconocimiento por la feria pasamos a sentarnos para lo que sería la segunda conferencia del evento, a cargo del italiano Aldo Colombini [Confeti]. Llegados a este punto, debo decir que este señor sigue demostrando cada día por qué es uno de los magos más divertidos del mundo. El público no paró de reír ni un solo momento y el artista le sacó punta a todo, empezando por sí mismo, claro. Nos presentó a su esposa, Rachel Colombini (de quien sacó partido para un montón de bromas durante todo el congreso), y que también hizo algunos efectos, como la típìca predicción con diferentes bolsas de papel y carta elegida por el espectador, o “Elimination”, otra predicción con varios espectadores y con un método tremendamente sencillo pero efectivo (en este punto cabe destacar que, puesto que nuestro traductor Fernando no se encontraba disponible por estar atendiendo a Jeff McBride, el público no anglo-parlante no pudo disfrutar de una traducción muy digna, aunque hubo quien lo intentó…) [Confeti]. Aldo Colombini continuó con su versión de un clásico de las cuerdas (sin faltar el chiste de “Cómo matar un clásico”), una ejecución sencilla, elegante y muy engañosa de un efecto que nunca pasará de moda. Pasó después a la variación del “Five Cards Mistery” de Frank García, con un manejo limpio y sin complicaciones, como suele ser habitual en este artista, y continuó con una descarada pero fantástica “aplicación de dada en segunda”. Nos maravilló de nuevo con su “Paramount”, en el que una carta firmada por un espectador es duplicada exactamente y, por último, Colombini terminó su conferencia con el musical y ya mítico “Cone-tact”, su versión del clásico “La bola y el cono”, en el que exhibe una suavidad de movimientos digna de alabanza, y que personalmente me parece precioso. En resumen, una gran conferencia, desde luego [Confeti].


A la salida se encontraba Alex-Andre, que con el tentador nombre de “Coged una carta” montó un espectáculo de magia de cerca que reunió a tal número de personas a la entrada del pabellón que apenas podíamos entrar o salir, y el público quedó muy satisfecho [Confeti]. Después de tanto alboroto aún hubo tiempo de sentarse tranquilamente en grupitos discretos para seguir haciendo y discutiendo sobre magia, pero no había nadie a quien no se le hubiera abierto el apetito, porque nos esperaba una paella de honor que desde tempranas horas iba llamando con su aroma a todos los asistentes. Así no había quien se resistiese, lógico y normal por otra parte [Confeti].


A las afueras del pabellón se había habilitado una barra para tomar un refrigero y disfrutar del día tan soleado que hacía. Así que con un par de refrescos y un aperitivo nos sentamos en las escaleras del teatro para hacer tiempo hasta que los maestros valencianos terminaran la paella. Por allí rondaban un par de magos jovencitos haciendo magia a chavales aún más jovencitos. Niños del pueblo que tenían la suerte de encontrar por sus calles a magos dispuestos a ilusionarles a cambio de sus aplausos y sus caras de ilusión. ¡Cuánto hubiéramos deseado de pequeños haber tenido la suerte de que nuestra ciudad se inundara de magos una vez el año! Y como alguno que otro también tiene parte de niño, Letang llamó a uno de ellos para que le hiciera un juego. El mago, Vicent Ginés, iba ataviado con una bata de médico y una mascarilla, y comentó que iba a participar en el concurso de street magic con un personaje bastante particular, un mago que ha llegado a enfermar con la magia. Así que Letang le habló del maravilloso número de Gastón que pudimos ver en la XX edición de Magialdia en Vitoria el año pasado, porque seguro que le gustaría [Confeti].

08-la-paella1Llegado el momento tomamos asiento en el Parque de las Palmeras para empezar con el aperitivo justo antes de disponernos a hacer cola para que nos sirvieran una buena ración (o varias, que también las hubo) de paella. Riquísima, ¿qué otra cosa se podría decir? Por mi parte, disfruté de la mesa en compañía de Pablo Poza, Carlos Vinuesa, Fernando Letang, José Luis Varó, Ángel Valera (quien nos ha preparado una buena para la segunda edición de su Alicante Mágico), Leyre Pedrol, José Luis “STANDmj” y Pedro Bryce, con quien compartí hasta el hartazgo un recurrente “As, dos, tres, cuatro y cinco” que viene ya de lejos. Una de las cosas geniales es que, como he comentado ya, la magia no faltó en ningún rincón. Entre plato y plato, apartando los vasos para hacer hueco, entre chiste y chiste, entre mesas y de mesa en mesa, la magia se extendía como una invasión por todo el parque. Mención especial merece el buen rato que hizo pasar McBride a todo el que se acercó en grupo para hacer de las suyas a base de juegos y bromas. Y es que este hombre es una estrella, vaya donde vaya [Confeti].10-jeff-mcbride-de-magias-durante-la-paella1

Rápidamente nos fuimos a bajar la comida con un cafelito al pub “Magenta” y enseguida de vuelta al pabellón donde tendría lugar la gala de close-up, presentada por el siempre genial Aldo Colombini: “(…) ¿Qué hace un italiano casado con una inglesa presentando una gala en español? (…)” [Confeti].


Sirvió como apertura el ganador del concurso de la última edición, Imanol. He de decir que comenzó con un efecto fuerte y muy potente con cambio de color incluido; continuó con una rutina de transposición y collectors y, aunque tuvo algunos pequeños problemas, supo manejar al público y salir airoso y muy digno del incidente, con tranquilidad y buena presencia y puesta en escena, ganándose por ello un enorme aplauso [Confeti]. A continuación actuó Rachel Colombini, con un test de libro muy directo y a la que merece destacar su “homenaje” a la famosa rutina de cubiletes del italiano, con una versión muy colorida y de bello final [Confeti].


Citando a los sabios: “Si no hay nada bueno que decir es mejor no decir nada”. Así pues, del argentino Bodie Blake no hablaremos [Confeti]. Afortunadamente, el bueno del presentador reenganchó con el público a base de bromas para magos, como la desternillante desaparición del FP (con otro FP) y una cómica versión del “Siempre seis” que terminó de desatar las carcajadas entre el respetable [Confeti].


Lo que vino después fue absolutamente fantástico. Juan Luis Rubiales salió a la palestra para hacer su maravillosa rutina de navajas a la que seguiría la ya clásica rutina de las sotas de la baraja española (por supuesto). Qué manejos… qué suavidad… qué delicia… Eso es dejar al público boquiabierto [Confeti]. Claro que el último actuante de la tarde estuvo a la altura sin problemas; sustituyendo a su hermano Román García, recién estrenado en la paternidad (¡Confetis de enhorabuenas!), Kiko Pastur llegó para mostrarnos una versión muy personal y poética del “Reflejos” del gran Pepe Carroll. El gallego destila filosofía y emociones por todos los poros de su piel cuando hace magia, comunica sensaciones fantásticas en la ejecución de los efectos, y esta vez lo demostró con creces. Terminó con sus “Ases a través del espejo” [Confeti], y el final podéis imaginar que fue maravilloso, y haréis bien.

La tarde prometía ser densa por lo que seguía a continuación, y es que la conferencia de Rubiales nos tenía a todos expectantes. Presentó una variación de la “baraja invisible” (nada que ver con la clásica), un maravilloso efecto de coincidencia de cartas elegidas con la numeración de un billete prestado, su mimado hasta el detalle “Olvida y recuerda” y para finalizar su versión de “La carta general”. La cantidad de sutilezas de todos y cada uno de los efectos convirtieron la conferencia en una lección magistral de psicología y magia [Confeti], y debo decir que aún habiéndose pasado del límite de tiempo no se hizo larga, casi al contrario. Si tenéis oportunidad de verla no os la perdáis, porque os arrepentiríais, os lo aseguro.

Al salir del pabellón aprovechamos para tomar un tentempié y nos dirigimos al teatro, donde tendría lugar la Gran Gala Internacional. Aunque no le guste hacerlo, al final nuestro querido amigo Luis La Font dio el pistoletazo de salida como mejor sabe, y dio comienzo la gala, presentada por el monologuista Toni Rodríguez. El público no paró de reír entre número y número. Lo de este hombre no es normal, cuando saca su vena gaditana más pura no hay quien se mantenga en el sitio, todo un fenómeno [Confeti]. El primer actuante fue Magic Andreu, ataviado con algún tipo de extraño y elegante traje de época y que, con su extravagante humor, como siempre, hizo pasar un buen rato a todos (incluso al espectador, aunque no lo parezca), como en los buenos tiempos. Como guinda a su número acabó con la producción de su propio nieto, algo que resultó bastante emotivo [Confeti]. Le siguió Andy González, que presentó su ya clásica rutina de manipulación de CD’s a un ritmo trepidante y después su característico y musical (nunca mejor dicho) número. No diré nada más para quien no lo haya visto porque sería desvelar la identidad del asesino en una película de misterio, pero merece la pena decir que es un número muy mágico, con una puesta en escena fantástica y la imagen final preciosa y muy cuidada a la par que elegante [Confeti]. El primer artista de fuera de nuestras fronteras resultó ser Aldo Colombini, del cual, después de sus muestras de genialidad, no sabíamos muy bien qué esperar. Pero fue in crescendo; de gags cada vez mejores a mejor magia en cada efecto. Mención especial el divertidísimo y mágico “Siempre seis”, distinto al que presentó en la gala de close-up, el desternillante cambio de color de los pañuelos, y finalmente, ayudado por su esposa Rachel, una rutina de aros chinos muy bonita y mágica [Confeti]. Y mientras tanto, Toni Rodríguez seguía contándonos sus múltiples vidas… Andrely, desde Brasil, fue el encargado de seguir con la magia, llegando a producir hasta seis palomas (ya lo dicen los clásicos, “siempre seis”…) y de forma muy limpia, he de añadir. Un número muy bien ejecutado técnicamente, desde luego [Confeti].

Y llegó el momento de la gran estrella del congreso: Jeff McBride. Asistido puntualmente y cuando era necesario por Fernando, el traductor, que estuvo pendiente de todo [Confeti], la estrella abrió con su más que popular número de máscaras con una fuerza impresionante. Del público sacó a uno de los magos más jóvenes que asistieron a Almussafes para hacer su versión de “El sueño del avaro”, y no solamente le dio juego, sino que supo exprimirlo al máximo consiguiendo transmitir sensaciones al público hasta que explotaron en aplausos. Algo más calmado y espiritual fue el efecto de los “Tazones japoneses”, pero consiguió igualmente propagar la energía que emanaba a todo el teatro. Por último, quiso deleitarnos con una maravilla de número. La filosofía de McBride está patente en cada uno de sus efectos, y en éste lo anunció así expresamente: “(…) Las Vegas es la ciudad con más luz del mundo, y allá donde hay luz, hay magia (…)”. De esta manera presentó su increíble “Illumination”; quien no haya visto a este artista en directo no se hace a la idea de la cantidad de emociones que surgen de él y que llegan desde el escenario. El teatro se llena con la magia y no sólo con los efectos, sino con su energía, como bien decía en la conferencia, con la energía que consigue transmitir a todo y a todos. Fue un número tremendamente bonito, y la sensación final sencillamente indescriptible [Confeti].

Mientras muchos acudieron a la gran cena de gala, y por otro lado tenía lugar el segundo pase del espectáculo exclusivamente para público, nosotros fuimos del teatro a “otra cena” (mención a Christian Miró por esas cervezas, ¡un abrazo monstruo!) Aquí el gran La Font nos brindó, además de una foto para el recuerdo [Confeti], el camino hacia el catering post-show. 13-con-la-fontAunque llegamos un poco tarde nos hicimos fuertes en la mesa, y puedo asegurar que estaba todo delicioso (mención especial también para Adela, que nos trató como de la familia ofreciéndonos todo lo que necesitáramos). De hecho, hicieron falta más de un par de tragos para bajar la cena… [Confeti]. Y a ello fuimos a los bares, a disfrutar de unos tragos mientras los monstruos y amigos hacían magia por doquier. Al entrar al “Magenta” parecía que el ambiente estaba más tranquilo que la noche anterior, pero según empezaron uno en cada mesa, la gente se fue juntando y llamando a sus amigos para que vieran más y más magia. Esta vez fue aún más intenso que la noche anterior, más magia, más horas, más gente. Y por supuesto más risas [Confeti]. Una vez en el “Cabala” me senté a la mesa con Woody Aragón y compañía a disfrutar de una buena conversación de magia y risas con una gran jarra de mojitos, y nos dieron las mil. Y es que el tiempo vuela cuando lo pasas tan bien [Confeti]. Pero cuando pensábamos que la noche no daba más de sí, aún hubo un reducto de magos que, cual galos rodeados de romanos, aguantamos la lucha hasta el final, y todavía nos mantuvimos en pie sin hacer nada concreto, simplemente pasándolo bien en compañía unos de otros, durante más de una hora [Confeti].


Se acercaba el final, y el domingo nos levantamos con mucho sueño pero muy buen sabor de boca. El fin de semana había prometido mucho, y había cumplido, desde luego. Pero aún nos quedaban cosas por disfrutar. Después de un apurado desayuno en el hotel [Confeti] nos dirigimos al pabellón, donde tendría lugar la conferencia de Bodie Blake. (sin comentarios...) .Durante la feria mágica apuramos todos un poco más nuestros bolsillos y se pudieron ver regalos a diestro y siniestro en muchas de las casetas. 14-momento-del-concurso1De ahí a ver el concurso de street magic (en el que La Varita Mágica “colaboró un poquito”), que contó con un gran nivel en todos los participantes y repartió buenas dosis de magia entre todo el público, con el parque lleno de grupos más grandes o más pequeños de espectadores. Y como la conferencia y el concurso se solaparon parcialmente, al final ganó la batalla el concurso, aunque la conferencia tuvo su público, probablemente el que no asistió a la gala del día anterior… [Confeti]. Lo cierto es que Luis La Font andaba ya algo inquieto, como la Dama del Gran Arturo, y es que finalmente tocaba el acto de clausura del congreso. Este año la gala contaba con una presentadora que, nada más encadenar tres palabras, nos dimos cuenta de que era una profesional del medio. Locutora de radio o presentadora de televisión, conseguía darle mucha serenidad a un acto que por tradición se había convertido en una reunión de colegas con un maestro de ceremonias. Y, no nos engañemos, todos estábamos esperando a que La Font se arrancara y la ceremonia de clausura tomara su tinte habitual, y así fue. Con su genial desparpajo La Font iba llamando a todos los artistas y demás colaboradores del evento, entremezclado con las puntas lanzadas a Charly, otro clásico de Almussafes, y todo ello siendo observado por un alcalde que, pese a que algunos lugareños calificaban de reservado y acatado, estaba disfrutando como un enano de aquel ambiente tan distendido. Y ahora sí, con las autoridades del Ayuntamiento con el Excmo. Señor Alcalde de Almussafes Don Albert Girona como principal, lo primero que tuvo lugar fue la mención especial para Bernardo de las Heras, “Beherman”, como Mago de Honor 2009 [Confeti]. A continuación se procedió a la entrega de premios del concurso de street magic, que recayeron en:

- 1er Premio: Nuel. [Confeti]

- 2º Premio: Mago J. [Confeti]

- 3er Premio: Dalvi. [Confeti]

Con gran alegría fueron recogiendo su premio cada uno de los afortunados, hasta que Beherman dedicó unas palabras con una emoción y un cariño admirables. Lo cierto es que, para los que estuvimos allí, aunque fue tan sólo un momento, fue realmente emotivo [Confeti].

15-acto-de-clausuraY ya únicamente quedaba despedir y agradecer su labor a todos y cada uno de los artistas que habían participado en el XVII Encuentro Internacional de Magos de Almussafes 2009, incluido por supuesto todo el personal de la organización, los técnicos y todos los que ayudaron de alguna manera a que éste fuera un congreso mucho más que memorable para todos [Confeti]. Lo sentí mucho por La Font, que no le gusta estar presente en estos jaleos… ¡pero para no gustarle lo hace de maravilla!


Así que, sin más que añadir al evento, sólo queda desde aquí dar las gracias y la enhorabuena a todo el personal de la A.V.I., por haber hecho un trabajo tan extraordinario, y muy especialmente a Luis La Font, porque sin él esto no hubiera sido posible, y porque nos hizo sentir como en casa a todos los que estuvimos allí. Es un gran hombre, que sabe estar en los detalles y darle importancia a lo que realmente la tiene, las personas. Para que quede bien plasmado por escrito, Luis, GRACIAS y ENHORABUENA [Confeti].


Y tocaba emprender el camino de regreso. Por desgracia no había tiempo para quedarse a la gala para público que tendría lugar por la tarde, pero nos consta que fue fantástica, así que felicidades a todos los que participaron en ella [Confeti]. Durante el camino de vuelta a casa tuvimos grandes no, enormes momentos de risa en el coche y una parada para comer absolutamente grandiosa, donde nuevo la risa fue la protagonista, sin faltar la magia, claro. A la altura de Requena decidimos parar en un restaurante llamado "La Pinada", un sitio que recomiendo encarecidamente a todo el que tenga la oportunidad de ir. Comimos un arroz meloso con carabineros, unos secretos de cerdo y un combinado de carne, además de unos postres que quitaban el sentido, y es que estaba todo absolutamente delicioso, con una presentación bien cuidada y a un precio razonable. Durante la comida no hicimos más que reír, contar chistes, hacer nuestras bromas, quedarnos con el personal que inmediatamente quisieron formar parte de ese buen rato y nosotros lo agradecimos y, por último, como no, un poquito de magia. De verdad, no dejéis de ir a este sitio (www.lapinadarequena.com) si tenéis oportunidad, porque es fantástico, se come de maravilla y el trato de todo el pesonal es magnífico. ¡Gracias a todos los encargados de hacernos pasar tan buen rato en "La Pinada"!

Nos vemos en la próxima, espero…